lunes, 17 de junio de 2013

¡La gente no nace sino se hace!


Matar un animal no es la solución 

Es sorprendente que en pleno S. XXI donde áreas como la Ciencia, la Tecnología, Astronomía, Ingeniería, Matemáticas, Física, Química y demás otras áreas que podamos recordar han evolucionado a ritmos sorprendentes, claro, unas más que otras.  Pero, a pesar de ello es notorio el hecho de que la evolución para un porcentaje no muy grande, jamás pasó o se llego a dar. Es como si el tiempo se les hubiese detenido para ellos. No hablo de un siglo dos o tres sino mucho más tiempo por la forma de proceder ante la humanidad en general.

“La gente no nace, sino se hace” y para mí tiene todo el sentido del mundo. Es muy diciente, porque cuando no se tiene suficiente conciencia de lo que es bueno o malo, sino todo lo contrario, resulta que se inclinan por lo malo (así su buen entender se lo haga ver como bueno) y de esta manera afectar a la gente en general con su manera de ser o proceder.

Uno de estos casos lo podemos recordar por estos días con el concejal de la Concordia, Antioquía, Antonio Vélez con su bien sobresaliente propuesta referente a la forma como se deberían acabar con los perros callejeros. ¿Yo me pregunto si este Sr. nunca tuvo perros en su infancia o simplemente si su sensibilidad está completamente destruida y deterioradas, hasta tal punto que le permite considerar como única alternativa “matar a estos pobres e indefensos animales”?

Personalmente pienso que si sus propuestas políticas serán de este color en el futuro no le auguro, un buen futuro a su progreso. Y esto no es solo con él, solo que al ser un personaje público se registra cualquier pensamiento o comentario que realice en cualquier momento. ¿Que esto se dé en pleno S. XXI? Es sorprendente y a esto le llaman evolución.



Muy sabias las palabras de Arthur Shopenhauer

Es notable que la evolución en la mentalidad de algunas(os) no se da, si no se queda estancada. Y esto no tiene que ver con el nivel de educación que tenga. Es la lógica, el sentido común, el raciocinio, la sensibilidad.

Desde hace cuánto tiempo escuchamos noticias sobre el robo de bebés. Hechos que suceden en todo el mundo, un ejemplo claro de ello lo encontramos en una nota de prensa del diario El Espectador de estos días con el titular “Madre encuentra a su "bebé robado" 44 años después”. ¿Por qué le quitan la felicidad a una familia y llenan de calamidad y drama la vida de un pequeño? En esta oportunidad el caso se dio en Francia. Aquí también escuchamos casos así dolorosos y muy lamentables para todos.

La mentalidad de las personas que cometen semejantes actos para mi está como llena de baches, por los motivos que les lleva a pensar y considerar en hacerlo. Se me ocurre pensar que son personas que han sido quizás maltratadas en su niñez o quizás han estado escasas del calor familiar. Escasos de un padre y una madre con "pantalones", con imagen de respeto y además de mucho amor para enseñar lo que es bueno y lo que es malo, para educar, para enseñar lo que son los valores y el respeto hacia los demás.

Cuando todos estos valores entrar a escasear en un ser humano pienso que es natural que se desarrollen otros elementos con tendencia hacia lo negativo, lo malo hacia el abuso y el irrespeto. No soy psicoanalista ni mucho menos, pero el simple sentido común y la sensatez y los valores con los cuales he sido formada me llevan a pensarlo. Simplemente estas situaciones no deberían darse nunca no solo aquí, sino en ningún lugar del planeta. 


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