Extraordinario cartel hubo en el Concierto de Conciertos Bogotá en Armonía en su versión 25 |
El sábado tuve el gusto de disfrutar del Concierto de Conciertos Bogotá en Armonía,
en su 25 versión. En resumen, fue excelente. Escuchar de nuevo a Pasaporte trae
remembranzas agradables. Hubo cerca de unas cuarenta y cinco mil personas.
Desde que inicio el concierto se apreció agilidad en el cambio entre artista y artista. De
esta manera, el ritmo prendido que se vivía en el estadio no perdía.
El escenario contaba con base giratoria lo cual significaba
que cuando terminaba un artista la tarima giraba e inmediatamente ya venía el
siguiente artista. Entraba tocando y existía una continuidad casi inmediata
para avanzar con el tema siguiente. AndrésCepeda estuvo magistral, me encanto. Luego siguió “Fonseca” que falla. Algo sucedió cuando debía seguir él y no entro
sino diez minutos después. Con esto que se consiguió, el público se
desesperaba, había paseo por todo lado. El cansancio por estar de pie, entonces
a sentarse en el suelo.
Sin embargo, cuando entro Fonseca no arranco con temas que permitieran tener al público
prendido. Pensé que el aburrimiento era por mi parte, pero todo el estadio
estaba apagado. Interpreto temas poco conocidos. Solo cuando interpretaba los
más conocidos el estadio vibraba!! Fue maravilloso esos pocos momentos. Creo
que para él fue muy notorio lo apagado que estábamos, aun así él manifestara
mucha energía. Me gusta mucho Fonseca,
pero hay temas que no van.
Siguió Juan Luis
Guerra, verlo a él es lo mismo que un CD. No hay novedad, su presentación
es plana, se disfrutó mucho. No estoy para nada familiarizada con los temas
cristianos y es increíble las adaptaciones y el ritmo que le pone. Sus temas son
pegajosos. También parte de su repertorio estuvo centrado en temas de los años
80´s, que tanto han pegado y gustan mucho en la actualidad.
Luego en la tarima giratoria entró con una energía asombrosa
“Carlos Vives” qué bárbaro!!!! Si
Sr. Carlos Vives se lució como
nunca. Y lo mejor de todo a diferencia de los demás. Él acopló la
hora de su presentación como un popurrí con música de la Provincia. Nos llevó a los temas más antiguos hasta el último que
tanto éxito ha tenido “Quiero casarme contigo”. El ritmo que tenía el estadio
era sorprendente durante toda la hora de su interpretación. Aplausos, muchos
aplausos para Carlos Vives. Y el
cierre de él, no podía ser mejor. Invito a la tarima a los cantantes
colombianos, lo máximo.
No había tenido anteriormente la oportunidad de ver a Marc Anthony, y eso que es un artista
que visita con regularidad Colombia. Pues este fue el momento y les puedo decir
que su presentación fue diferente a la de todos. Da la impresión que Marc no
hubiese evolucionado a la hora de encontrarse en tarima. Sucede que él cada que
terminaba un tema el escenario se apagaba y solo cuando comenzaba el siguiente
tema encendían las luces. De esta forma, se perdió el ritmo que se traía con “Vives”. También otro punto diferente a
los demás el enfoque de las cámaras.
Las cámaras no podían abrir en planos amplios para enfocar
diferentes ángulos del público, todo giraba en primer plano. Paso a pensar que
esto cansa al público. Su presentación es fabulosa!!! Me encanto verlo. Pero
pienso que la producción debería reconsiderar evolucionar un poco en la forma
de sus presentaciones para no bajar el ritmo del público.
Por último llego Don
Omar. El a diferencia de todos entro hablando, saludando pero cuando se le
escucho, el Sr. No tenía voz! Estaba completamente afónico. Lo que me dije yo,
él no podría cantar así bajo ningún punto. Dicho y hecho, eso mismo fue lo que él
dijo. Comento, estoy aquí para que vean que cumplí, pero ustedes bien se dan
cuenta que no tengo voz. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... Los
que venían a ver solo a Don Omar, se
quedaron colgados de la brocha.
Vale la pena destacar que el estadio se encontraba muy bien
equipado de pantallas, con excelente imagen de tal manera que todos podíamos
ver muy bien. Ya que la tarima estaba visible solo para los de las primeras
filas.
En cuanto a la lluvia, creo que el efecto del Chamán que
regularmente Ricardo Leyva contrata, surgió efecto. No cayó una gota de agua. Todo lo
contrario, se trataron de posar algunas nubes sobre el estadio, pero pronto
fueron disipadas y se vio la luna, preciosa hasta el final. En resumen, puedo
decir que fue maravilloso el concierto.
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